dimecres, 25 de novembre del 2015

Ciudades, nombres, noches.


La ciudad no depende de sus edificios, sino de sus habitantes.

Un lugar no es sino han sido y/o son las personas que han escrito y siguen escribiendo sus historias.

Las personas no somos hasta que no compartimos. Creo que me entiendes.

Compartiendo crecemos, nos damos formas. Nos reconocemos en las voces, en las palabras, en los gestos. En las pieles que dejamos cruzar ese límite, ese que solo nosotras sabemos donde está.

Las noches, los amaneceres, los vermuts que ven anochecer, no son sino los vivimos. Una noche cualquiera, un amanecer cualquiera, una Mahou, una Sant Miguel, tu amada Voll Damm, mi querida Moritz. Un verdejo. Un tekila, la botella. El tiempo. No importa. Si compartimos.


¿Un paraíso? Tus manos agarrando un bolígrafo sobre un folio en blanco. Mi bolígrafo, mi libreta, un tren. Un paraíso. Tu paraíso. Hoy. Cronopios. Mañana. Cronopios. Siempre. Aquel lugar donde te sientas siendo.

© Carola C. Ballesteros

1 comentari:

  1. Puro y sensible como tú....seguiremos compartiendo tanto, tanto, que tengo que escribir un poema para definirte ese " tanto "....

    Para mi, paraíso es esa coordenada precisa en la que nos conocimos...

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