dimarts, 29 de juliol del 2014

Final de la semana

Llega el final de unos días agotadores, o hace falta contar ahora los motivos, porque a las 12 de la noche de un domingo después de 7 días trabajando no tengo el cuerpo para buscar soluciones o encenderme más con los problemas.

Tan solo sé que llegar a casa y encontrármela esperándome con sus brazos preparados para envolverme en la tranquilidad que transmite, sus labios calientes que me derriten y el acompañamiento perfecto para una noche de verano, logran que mi sonrisa recupere fuerzas para no caer nunca.

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