dimecres, 26 de setembre del 2012

Compartir las cosas más sencillas y lograr que cada momento del día se haga especial es una de las cosas que me hace sentir que esta vez si, que es ella y que ya no quiero a nadie más compartiendo mi día a día.

Andar de la mano por la calle, esa forma de estar  mi lado, esa forma preocuparse porque cualquier detalle esté a mi gusto, esa forma de mirarme a través del cristal de la ducha.

Ese modo de intentar hacerme feliz con aquello que tiene en las manos, de darme lo mejor que tiene al alcance, preocuparse porque ese café esté a mi gusto, recordarme cada mañana que adora dormir en contacto con mi piel.

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