La ciudad no depende de sus edificios, sino de sus habitantes.
Un lugar no es sino han sido y/o
son las personas que han escrito y siguen escribiendo sus historias.
Las personas no somos hasta que
no compartimos. Creo que me entiendes.
Compartiendo crecemos, nos damos
formas. Nos reconocemos en las voces, en las palabras, en los gestos. En las pieles
que dejamos cruzar ese límite, ese que solo nosotras sabemos donde está.
Las noches, los amaneceres, los
vermuts que ven anochecer, no son sino los vivimos. Una noche cualquiera, un
amanecer cualquiera, una Mahou, una Sant Miguel, tu amada Voll Damm, mi querida
Moritz. Un verdejo. Un tekila, la botella. El tiempo. No importa. Si
compartimos.
¿Un paraíso? Tus manos agarrando un bolígrafo sobre un folio en blanco. Mi bolígrafo, mi libreta, un tren. Un paraíso. Tu paraíso. Hoy. Cronopios. Mañana. Cronopios. Siempre. Aquel lugar donde te sientas siendo.
© Carola C. Ballesteros
Puro y sensible como tú....seguiremos compartiendo tanto, tanto, que tengo que escribir un poema para definirte ese " tanto "....
ResponEliminaPara mi, paraíso es esa coordenada precisa en la que nos conocimos...