En alguna ocasión me puse en contacto con diferentes locales donde poder
recitar mis relatos, pero por cambios de ubicación o cierres de local no lo
había hecho aun.
Esta vez se me propuso a mí la posibilidad de hacerlo, de unirme a Erika y
a su poesía en ese ambiente maravilloso que crea Yin en su Isla. Después de
debatir la forma de hacerlo, lo tuvimos todo preparado.
A pesar de los nervios, la complicidad entre Erika y yo y los aplausos de
las asistentes me animaron a seguir leyendo. La maravillosa presentación del
evento de Erika, los poemas que leyó mientras yo descansaba, la lectura medio
espontánea de la poesía de una de las asistentes y ese perfecto final abierto
del Silencio de la Erika, me envolvieron sintiéndome mucho más cómoda de lo que
me esperaba.
Espero que se repita, espero que cuando ocurra los nervios no se me noten
al inicio ni me sequen la boca hasta el final, espero que alguno de los
consejos que recibí los pueda aplicar en la próxima ocasión y que la respuesta
de las asistentes siga siendo la misma que ayer. Igual que espero poder seguir
escuchando los poemas de Erika, porque aunque la poesía no haya sido nunca mi
gran pasión, cuando ella lee sus poemas mi mente se transporta a otro lugar
donde si diera rienda suelta a la imaginación podría perderme eternamente.
Voy a ver si sigo escribiendo a ver si en la próxima ocasión tengo algo recién salido del horno para compartir.
Nos vemos en el próximo recital!!
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