A veces hace falta que nos miremos en el espejo pero con los ojos de otra
persona.
Se de sobras que no puedo ser del todo objetiva porque en este caso hablo
de la mujer a la que amo, pero se dice de los capricornio que somos personas
justas, así que creo que hablo sin embellecer demasiado la realidad.
Siempre está diciendo lo hermosa y maravillosa que soy, sin ir más lejos
hace un rato me ha deleitado diciendo que soy dulce, maravillosa, generosa,
sensata, abierta, cariñosa y apasionada. Admito que puede que, como buena
capricornio, sea demasiado crítica conmigo misma en algunos aspectos y no vea
las cosas tal y como las ve ella, pero hoy quería hablar de ella.
Es una de las mujeres más femeninas que conozco aunque sé que esta
definición pueda parecerle contradictoria a algunas personas, incluso puede
sonar raro de mi dado que no me gusta usar terminología que viene establecida
por dictámenes culturales con los que no estoy de acuerdo, pero creo que ahora
mismo, me sirve para hacerme entender.
Se espera de una mujer femenina que sea dulce, cariñosa, atenta, y lo es
cuando la tengo cerca y cuando la distancia no nos permite mirarnos a la cara.
Es una mujer educada y fina, es siempre amable con las personas y aunque por
dentro no rebose alegría siempre tiene una sonrisa para los demás. Es una mujer
muy prudente para con los demás y muy discreta. Adora los animales y los niños
y siempre está dispuesta a dar incluso lo que ella precisa si alguien lo
necesita.
Tiene una mirada que irradia sencillez, calidez y cercanía. Tiene una
sonrisa contagiosa que te da ganas de vivir incluso cuando las cosas no son
todo los buenas que nos gustarían. Tiene un rostro que llama al acercamiento y
un gesto que invita a sentarse a su lado.
Tal y como nos pasa a muchas, a veces no somos capaces de ver aquellos que
los demás ven en nosotros, así que nunca está de más que te lo hagan saber.
Te quiero mi amor.
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