dimarts, 11 de juny del 2013

Termina el recital



Cada uno de los relatos que leía denotaba su sensibilidad y su forma de vivir la vida. Cada uno de ellos, aunque diferentes, tienen algo que los hace asemejarse, y eso hace que algunas personas crean que todo lo que sale de su pluma lo haya vivido antes de inmortalizarlo.

Sabía que su chica era consciente de ello, sabía que le gustaría escucharla recitar sus relatos y sabía que le gustaría mucho más escucharla recitar aquello de lo que era protagonista. El espacio estaba oscuro, el único punto de luz iba dirigido a ella, sabía dónde estaba sentada, sabía que si levantaba la cabeza la tenía justo delante, y sabía que estaba pendiente de ella. 



No podía verla pero se sonreía solo de pensar en que ella seguramente estaría haciendo lo mismo. Sabía que le gustaba su forma de escribir, y le encantaba leer aquello que estaba escrito pensando exclusivamente en ella, así que conociéndola, podía imaginar la cara que estaría poniendo mientras leía aquello que intentaba inmortalizar lo que sentían en sus reencuentros. 

Las luces se encendieron, el recital había terminado, todas compartían pareceres. Estaban una en cada esquina de la sala. Se veían pero había mucha gente entre ellas. Hablan con las demás chicas pero sin dejar de apartar la vista repetidas veces para buscarse con la mirada. Al fin se encuentran una enfrente de la otra.
- Me encanta oírte recitar.
Se besaron, con las ganas con las que se besan en los reencuentros de los que hablaba algún relato.
- Me encanta como me transportas de nuevo a esos momentos que vivimos.
Volvieron a besarse. No hay segundo que estén cerca y no quieran sentir el contacto de sus cuerpos juntos, sea un beso, una caricia, las manos cogidas,…

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