Después de toda la noche disfrutando de su compañía y de la del resto de las chicas se le desmontaron todos los esquemas. No esperaba para nada sentir esa sensación al tenerla tan cerca. En todo el tiempo que hacía que se conocían no había sentido esa atracción de un modo tan evidente.
Adoraba a esa mujer, le encantaba pasar horas con ella haciendo cualquier cosa. Entrar, salir, bailar, charlar, reír, … todo se hacía sencillo a su lado. Y aunque en algún momento hubiera pensado “yo quiero enamorarme de una mujer así”, nunca sintió esa cosilla dentro de ella. Hasta esa noche. Cuando dentro de aquel local todo era oscuro mientras amanecía en la calle. Entre risas terminaron la una a escasos centímetros de la otra y aquella sensación de querer acercar sus labios a los de ella la dejó paralizada. Quizás fueran unos segundos o ni llegara a eso. Puede que ella no se diera ni cuenta.
Desde aquel momento no pudo dejar de pensar en que hubiera ocurrido si en lugar de quedarse las ganas para ella, hubiera tenido el valor de besarla… No deja de pensar que pasará si la próxima vez que la vea tiene el valor de hacerlo…
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