dilluns, 14 de maig del 2012

Segunda sentencia de muerte...

Es cierto, la semana pasada volvimos a firmar uno de aquellos documentos que te ata a un banco de por vida. Uno de esos papeles que me hacen sentir algo que no he sentido en la vida: odio.

Pero no quiero cerrarme a pensar que esto no terminará nunca, si lo hago dejo de sonreir y no voy a darle ese lujo a nadie. Nuestra intención fue buena, como siempre dado que la bondad es algo que nos caracteriza a ambas, pero nos salió mal, lo malo es que nos salió muy mal y lo seguimos arrastrando hasta hoy.

Las mentiras y el engaño, la falta de respeto y de educación dolieron en su momento, ahora ya no sé si eso queda como un acontecimiento lejano dado el tiempo qeu ahce de todo aquello y el peso del lastre que llevamos encima. Los beneficios no fueron en ningún momento lo que me llevó a aceptar aquello que hoy por hoy veo como una locura y entonces veía como una ayuda mútua.

Pero lo que no queiro es que Noe se sienta culpable por nada. Ella propuso. Yo acepté. Es cierto que confié ciegamente en ella, pero no fue ella la que me decepcionó en ningún momento. Ninguna de las dos podía lelgar a imaginar como iban a suceder las cosas hasta que fueron pasando para nuestra sorpresa, esta vez muy desagradable. Pero yo ya era mayorcita para tomar mismpropias decisiones y podía haber dicho que no sin problema alguno, pero no lo hice, y fue decisiñon mía.

Y como a tí, también me duele el mal rato que nos hace pasar cuando toca sacar el tema del rincón en el que procuramos mantenerlo para seguir sonriendo día a día. Sé que mi nerviosismo y mi hiperactividad chocan con tu bajón, pero es mi mecanismo de defensa ante este tipo de situaciones. Sé que a pesar de saberlo puede chocar con tu forma de reaccionar y que las malas contestaciones que me salen en estas circunstancias no ayudan a hacerte sentir algo mejor. Y lo siento.  Pero esto no va a poder con nosotras. Hemos vivido muchas cosas juntas, de las mejores y de las peores, y seguimos haciéndolo a fecha de hoy. Y no me da la gana que esto lo estropee.

No sé cuando se arreglará, no me voy a coger a la posibilidad de que sea este año como se nos ha dicho. Pero espero que no pase demasiado tiempo hasta que llegue el día en que volvamos a una notaria, esta vez frente a esa persona a la que no queremos ver para que se quede con aquello que tenemos y no queremos y salgamos de ahí con nuestra LIBERTAD firmada. Y ya te avanzo una cosa, ese día a mi me da algo. Y lo sabes.

Te quiero, y no quiero que te sientas culpable por todo esto. Aquí todos debemos asumir nuestra responsabilidad y yo lelvo cargando con la mía igual que tú.

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