Voy a recordarlo, o almenos a intentarlo, sin enturbiar los recuerdos con lo que sé ahora.
El lunes alguien que vive la ausencia de un modo definitivo me dijo que intentara recordar los buenos motivos vividos con él y me di cuenta que lo aprendido años más tarde ensucia los buenos momentos vividos a su lado. Así que ahora voy a intentar recordarlos como fueron en su momento.
Tengo dos grandes pasiones hoy en mi vida que vienen por los grandes momentos vividos con él. El futbol y el billar. Horas nos pasábamos los dos en aquel local entre tacos y bolas. Aprendí a visualizar las jugadas, a ver el recorrido de las bolas, a coger el taco, a posicionar el cuerpo. Aprendí a disfrutar del juego al margen del resultado final porque el único objetivo de aquellas tardes era estar con él. Y me encantaría poder volver a hacerlo.
Igual que me encantaría poder volver a ver un partido del Barça con él, volver a chillar como si se nos fuera la vida en ello a cada gol de nuestro equipo, volver a sufrir cada vez que el contrario se acerca a la portería, volver a tirarme encima suyo cuando el árbitro pita el final del partido y el marcador nos pone más cerca de nuestra meta.
Siempre hablo de que no quiero perder mi complejo de Peter Pan porque sencillamente es aquella parte de la inocencia de cuando somos pequeños que sigue conmigo, y me encantaría poder tirar de ella la próxima vez que lo vea para poder tenerlo un rato cerca de mí sin pasarlo mal. No sé si valdría la pena intentarlo. Pero me encantaría que fuera así.
Ho intentem? Fem un billar?
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