Eran pasadas las 5 de la mañana cuando al despertarse decidió irse a dormir con ella.
No acostumbra a tener malos despertares, y menos si estaba acompañada. Pero aquel fue muy agradable.
Nunca había ido a su casa con intención de quedarse a dormir, y aquella noche no esperaba ni que eso sucediera ni menos que fueran a compartir cama. Como tantas veces de las que se habían visto se les hizo tarde. Y aquella vez le dijo que se quedara. Dadas las circunstancias sabía que quedarse significaba dormir sola de todos modos. Pero a eso de las 5:30 de la mañana la despertó pidiéndole que le hiciera un hueco.
Se habían quedado dormidas juntas y cuando su pequeña se despertó se fue a la cama con ella. Unas horas más tarde volvía a estar ahí. Volvió a querer enredarse con ella y terminar la noche así. Cuando sonó el despertador seguían abrazadas y a pesar de saber que tocaba levantarse e ir a trabajar, hubiera alargado ese momento el tiempo que fuera necesario.
No podemos saber que pasará mañana. Lo único cierto de nuestras vidas es el presente. Y en aquel momento estaba viviendo un momento hermoso.
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada