dimecres, 27 de juny del 2012

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Hace ya dos meses que decidí lanzarme a la piscina. Había cosas que me hacían pensar que ese beso que pretendía darle no iba a ser rechazado, pero por otro lado no podía olvidar que aquella mujer era (y sigue siendo) maravillosa y muy cariñosa con la gente a la que quiere. Y yo sabía que me quería, aunque pensara que solo como amiga.

Después de algun tiempo sintiendo esa atracción por ella, después de sentir que ambos cuerpos se acercaban el uno al otro más de lo habitual, después de pasarnos la noche bailando muy, muy cerquita llegó el momento en que mi autocontrol se agotó y no me quedaba más opción que intentarlo. Mis labios se acercaron a los suyos al tiempo que mi mano la cogía para que no se separara de mi.
Y ya han pasado dos meses desde aquella noche. A estas horas todavía no habíamos podido separar nuestras pieles, y no pudimos hacerlo hasta que otros compromisos nos llamaron. Y desde entonces nuestras pieles se extrañan cuando no estan juntas, nuestras miradas solo esperan encontrar a la otra, nuestros labios guardan miles de besos por minuto a la espera de poder compartirlos, nuestros pensamientos tienen siempre un denominador común. No nos hacen falta grandes lujos para disfrutar la una de la otra, nunca he necesitado grandeza para ser feliz, ¿será por eso que la vida me ha puesto delante el tesoro más preciado? Ella.

Todos mis temores desaparecen al encontrarme con ella. Aunque me parezca increible, se que me ama, siento que me ama. Lo veo en su rostro, en su mirada. Lo siento en sus manos, en sus caricias, en sus besos, en sus abrazos. Lo oigo en su voz, en lo que me cuenta y en como me lo cuenta. En esos suspiros cuando estamos juntas y cuando las conversaciones por teléfono se hacen eternas sin apenas darnos cuenta que hace rato que es hora de dormir. Si llegan a decirme hace unos meses que hoy estaría así no me lo creería. Y posiblemente en otro momento me parecería una locura haber recuperado todas las ilusiones perdidas de este modo, pero después de estos dos meses lo que sería una locura por mi parte sería no querer a esta mujer a mi lado el resto de mi vida.

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