diumenge, 30 de desembre del 2012

Recuento


Supongo que somos muchos los que hacemos repaso de lo ocurrido en este año que mañana termina y otros tantos los que lo compartimos. Imagino que habrá quien tendrá un punto de vista más optimista y otra gente  más pesimista, y que seremos otros tantos lo que esperamos ver todo lo acontecido en estos últimos 12 meses vividos para intentar seguir creciendo y poco a poco aprender que en esta vida hay que saber tomarse las cosas con filosofía para de lo malo aprender y con lo bueno no creernos estar en una cima sin sostén.

No sé si hoy es un buen día para hacer este balance, pero creo que puedo decir, sin arrepentirme mañana que, aquello que me dijo alguien de que los 28 iban a ser una época de cambios, sí que es cierto. Gente a la que he querido mucho ha dejado de formar parte de mi vida por circunstancias que no vale la pena nombrar, pero me alegro de haber puesto mi felicidad y mi salud por encima de las necesidades de los demás, como he hecho en tantas ocasiones.

Mi familia sigue estando ahí, de ese modo que siempre han estado, y de ese modo que tanto adoro. En todas las casas se cuecen habas, sí, lo sé. Pero la aceptación me ha llevado a sortear lo que no me termina de agradar para saber disfrutar de lo demás.

He conocido a grandes personas que hoy quiero mantener en mi vida, y se ver que en la cantidad no está la calidad, que prefiero pocos pero bien avenidos. La gente que me quiere bien ha demostrado estar ahí cuando les he necesitado y cuando he sabido hacérselo saber y por esas relaciones es por lo que pienso luchar hoy en día. He visto, y estoy viendo, sufrir a algunas de las personas que más quiero en este mundo y creo que voy a ser capaz de estar a su lado sin intentar salvarlas como podría haber hecho en cualquier momento, cada uno sigue su camino y yo solo puedo estar a su lado y apoyarles en la medida en que mi cuerpo me lo permita para no sufrir en exceso, y en la medida que ellas me lo permitan para que no sea contraproducente para nadie.

Mantengo un trabajo que me apasiona a pesar de tantas cosas internas y externas que me disgustan, pero la finalidad en sí y casi todos mis compañeros, hacen que siga valiendo la pena lidiar con tantas cosas. 



Y algo muy grande, sin menospreciar mis anteriores relaciones y a las grandes personas con las que estuve, he conocido a una mujer que me hace sentir especial a cada mirada, a cada caricia, a cada palabra,  a cada detalle. Una mujer a la que siento cerca aun y cuando no lo está, una mujer a la que extraño sin dolor, a la que amo sin desesperarme, a la que quiero sin posesión, con la que comparto un camino sin hacerlo mío. Con la que cada detalle es especial, cada situación nueva es emocionante igual que volver a lugares ya descubiertos, que hace lo que haga falta por verme disfrutar, y que disfruta estando a mi lado. Una mujer que sonríe al verme aparecer, cuando me espera y cuando no… Podría seguir escribiendo, pero no quiero monopolizar la entrada.

Solo espero que este año me brinde más posibilidades para crecer, compartir y amar.

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