Esos besos, esas caricias, esa forma de levantarme del suelo, esa forma de
quitarme la ropa y de casi arrancarte la tuya para sentir el contacto de
nuestras pieles. Esa forma de mirarme desnuda, de recorrer cada centímetro de
mi piel con tus manos y tus ojos al
mismo tiempo, esa forma de querer estar en todos lados en el mismo segundo, de
besarme y tocarme, de comerme y mirarme, de abrazarme y deshacerte. Esa piel tuya que me muero por volver a recorrer sin lograr saciarme nunca,
esos labios tuyos con los que a mi también me gusta jugar, esa mirada tuya que
se vuelve cada vez más ardiente.
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